Músculos. Estructura, funciones y tipos

Los músculos son masas carnosas dispuestas alrededor del esqueleto (músculos profundos), o bajo la piel (músculos superficiales), cuya función principal es la de producir el movimiento. Además de la función de movilidad, en diferentes regiones del cuerpo, tales como el abdomen o la pelvis, los músculos desempeñan el papel de paredes activas que contienen y protegen a los órganos internos. Finalmente, los músculos contribuyen, junto con el esqueleto, a dar la forma al cuerpo humano.

Estructura general

Los músculos están formados por una región central contráctil, el vientre muscular, que se une por sus extremos a las palancas óseas, o, en ocasiones, a estructuras blandas como la piel. Estas zonas de anclaje de los músculos se denominan inserciones.


Desde el punto de vista estructural, los músculos están constituidos por tejido muscular esquelético que forma el vientre muscular y tejido conectivo que se dispone tanto a nivel del vientre muscular, como en las inserciones.


Las fibras musculares esqueléticas, altamente especializadas, están cubiertas por una delicada membrana de tejido conjuntivo, denominada endomisio. Grupos de fibras musculares esqueléticas, llamados fascículos, se mantienen juntos por una envoltura más fuerte de tejido conjuntivo denominado perimisio. Todo el músculo está cubierto por una lámina gruesa llamada epimisio.


Dado que estas tres estructuras se continúan con las estructuras fibrosas que unen los músculos a los huesos u otras estructuras, los músculos están firmemente sujetos a las estructuras de las que tiran durante la contracción.

Estructura general de los músculos

Por ejemplo, el epimisio, el perimisio y el endomisio de un músculo pueden continuarse con el tejido fibroso que parte de este último en forma de tendón, un potente y robusto cordón que continúa por el otro extremo con el periostio fibroso que cubre al hueso. O bien el recubrimiento fibroso de un músculo se puede prolongar en forma de hoja ancha y plana de tejido conjuntivo denominada aponeurosis, que suele fundirse con el recubrimiento fibroso de otro músculo. Los tendones y las aponeurosis son tan robustos y potentes que no se desgarran con frecuencia, ni siquiera con lesiones lo bastante intensas como para romper los huesos o desgarrar los músculos. Sin embargo, hay veces en que son arrancados de sus inserciones óseas. El tejido conjuntivo fibroso que rodea el músculo por fuera del epimisio y el tendón se denomina fascia.


Fascia es un término general que define el tejido conjuntivo fibroso que se encuentra bajo la piel rodeando muchos órganos profundos, incluidos los músculos esqueléticos y los huesos. La fascia que está inmediatamente por debajo de la piel (hipodermis) se denomina en ocasiones fascia superficial, mientras que la fascia que rodea los músculos y huesos se llama fascia profunda.


Las estructuras de tejido conjuntivo fibroso en forma de tubo, denominadas vainas tendinosas, encierran ciertos tendones, sobre todo los de la muñeca y el tobillo. Como las bolsas, las vainas tendinosas tienen un recubrimiento de membrana sinovial. Su superficie húmeda y lisa permite que el tendón se mueva con facilidad, casi sin rozamiento, dentro de su vaina.

Funciones musculares

Músculos agonistas

Se trata del músculo que realiza la acción principal. En el caso de una flexión de brazo, el músculo agonista sería el bíceps braquial. Pero debemos darnos cuenta del siguiente hecho, y es que, durante una extensión controlada del brazo, el músculo agonista sigue siendo el bíceps, pero mediante una contracción excéntrica y no concéntrica como sucedía en el caso de la flexión.


Por lo tanto, es muy importante la diferenciación no solo de la acción sino del tipo de contracción y del modo en el que se desarrolla el movimiento para poder determinar quién es el músculo agonista.

Músculos antagonistas

Se trata del músculo que realiza la acción contraria a la que está realizando el músculo agonista. En el caso de una flexión de brazo, el músculo antagonista sería el tríceps braquial.


Aquí es importante tener en cuenta que el músculo antagonista será siempre el contrario al agonista con absoluta independencia de que esté llevando acabo alguna acción o no.

Músculos estabilizadores o fijadores

Se trata de aquellos músculos que fija una articulación permitiendo que otros músculos desarrollen su labor. Por ejemplo, para cambiar una bombilla, debemos elevar los brazos en alto y posteriormente hacer uso de toda la musculatura pronadora y supinadora de la mano; pero para que este proceso se pueda llevar a cabo es necesario que alguien se encarga de fijar la articulación del hombro manteniendo el brazo elevado.

Músculos sinergistas o neutralizadores

Son aquellos que neutralizan las acciones “nocivas” del músculo agonista para que la acción se desarrolle de la manera deseada. Un claro ejemplo lo tenemos en lo flexores y extensores de la mano. Para cerrar el puño con fuerza, debemos hacer uso de los flexores de los dedos y de la muñeca, pero si solo actuasen los flexores, no solo cerraríamos el puño, sino que además flexionaríamos la muñeca. Para evitar que esto último suceda, entran en juego los extensores de muñeca, manteniendo estable la muñeca y permitiendo desarrollar la acción conforme deseamos.

Contracciones musculares

Isométrica

La relación entre fuerza y resistencia tiene que ser la misma F = R. Este tipo de contracción se caracteriza por la ausencia de movimiento. Este hecho, hace que tenga una gran ventaja frente otros tipos en algunas ocasiones, como es el hecho de recuperación de lesiones articulares. Al carecer de movimiento, carece o disminuye mucho el sufrimiento articular, pero no por ello deja de potenciar la musculatura implicada.


Pero claro, también sus inconvenientes, y es que esta falta de movilidad estrangula los vasos sanguíneos y no se produce bombeo lo que produce una contracción muy tóxica generando a su vez una gran fatiga muscular.


Un ejemplo de esta contracción sería la que realiza el bíceps cuando sostenemos una bola de la compra en un punto medio entre la flexión y la extensión del codo.

Isotónica

Concéntrica

Son aquellas contracciones en las que la fuerza es mayor que la resistencia a vencer F > R. Puede ser el caso de la contracción que realiza el bíceps al flexionar el codo.

Excéntrica

Son aquellas en las que la fuerza es menor que la resistencia a vencer F < R. Puede ser el caso de la contracción que realiza el bíceps al extender el codo de una manera pausada y controlada. Esta contracción permite al músculo ganar mucha más fuerza ya que le permite trabajar a más del 100% de sus posibilidades. Pero también hay que tener cuidado ya que se trate de una contracción que puede llevar a la lesión.

Pliométrica

Se trata de un sistema de precarga que hace uso tanto de una contracción isotónica excéntrica para posteriormente finalizar con una contracción isotónica concéntrica. Pero el mecanismo de precarga y descarga deben suceder de manera consecutiva en el tiempo.


Un claro ejemplo es la ejecución de un salto partiendo de una posición de bipedestación estática donde nos agachamos realizando una contracción excéntrica del cuádriceps para posterior y seguidamente hacer una contracción concéntrica del cuádriceps.


Es un sistema que permite desarrollar mucha fuerza pero que al mismo tiempo resulta muy lesivo, por lo que debe ser lo último que hagamos en caso de lesión.

Tipos de fibras musculares

Lo que determina que un músculos tenga más o menos fibras blancas o rojas es debido a la irrigación sanguínea. Así las fibras rojas tendrán mas irrigación y las blancas menos.


Todos los músculos presentan los dos tipos de fibras, pero estarán presentes en mayor o menor medida unos u otros.


No se puede pasar de más lento a más rápido. La determinación genética de alguien con fibra de tipo I no puede llegar nunca a los niveles de fibra de tipo II.

Fibras rojas o de tipo I

Gracias a su gran aporte sanguíneo tienen una gran cantidad de oxígeno. Esto les va a permitir una larga duración pero con intensidades de carga bajas. Este tipo de fibras son predominantes en los músculos posturales. Utilizan el metabolismo aeróbico. Más cantidad de mitocondrias que en la fibra de tipo II.

Fibras blancas o de tipo II

Tiene unos niveles de contracción mayor y más rápido pero sin embargo aguantan muy poco tiempo.

  • Tipo II A. Usan vía anaeróbica aunque en determinadas ocasiones utilizan vías aeróbicas. Son más finas.
  • Tipo II B. Usan vías anaeróbicas puras. Son más gruesas que las fibras anteriores.

Tipo II C. Indiferenciadas y pueden acabar siendo II A o II B.


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